POR Y PARA QUÉ

     A priori, cuando vemos un resultado óptimo obtenido por una cámara de placas, se puede llegar a pensar que la justificación de su uso es la calidad obtenida en comparación con el resto de dispositivos habituales (digital, 35 mm, formato medio,...). Evidentemente, la cantidad de información que recoge una placa, supongamos, de 4x5" es apabullante tanto por el tamaño del original como por las lentes empleadas para conseguirlo, que en gran formato suelen estar muy cuidadas por los fabricantes. Pero este hipotético original estará siempre supeditado a que sea digitalizado de manera igual de óptima, y aquí las posibilidades de que el escaner empleado no esté a la altura son más numerosas. 



     Entonces, ¿por qué utilizar una cámara tan aparatosa? ¿qué ventajas aporta al fotógrafo respecto al resto? La flexibilidad. De hecho, el sobrenombre de la cámara técnica es también "cámara flexible", propiedad que requiere del fotógrafo cierta adaptación, conocimientos y disciplinas de trabajo, a cambio puede ser una aliada impagable en diversas situaciones ofreciendo una definición, contraste, y enfoque excelentes,  posibilidad de corregir la perspectiva a través de los movimientos de montantes, control de la profundidad de campo (scheimpflug y contra-scheimpflug). Estas ventajas son aplicables en fotografía publicitaria, arquitectónica e industruial, de reproducción de alta calidad y, por supuesto, creativa.

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